15 razones por las que la UE no debería ser observador electoral en las elecciones presidenciales de Egipto
Tras muchos dimes y diretes, tras muchas idas y venidas, parece que al final la Unión Europea, al contrario que el Carter Center, mantendrá su misión de observadores (encabezada por el eurodiputado portugués Mario David) con ocasión de las elecciones presidenciales que tendrán lugar en Egipto los días 26 y 27 de mayo(coincidentemente también habrá elecciones durante esos días en la propia UE, Ucrania y Colombia). La mera incertidumbre ya hizo que se abriera la veda para rumores y comentarios insidiosos varios. Aunque ambas organizaciones citaron distintas razones para justificar sus decisiones, no son pocos los motivos a los que podrían haber aludido en este sentido:
- “Razones administrativas” que hacían imposible enviar material de vital importancia para el equipo de observadores, o al menos eso es lo que la UE alegó durante el fin de semana, cuando saltó la noticia de que la misión no sería desplegada. Mientras que los oficiales de la UE no precisaron si creían que las autoridades egipcias habían socavado deliberadamente la misión, si que era la primera vez que la UE reaccionaba con tal dureza.
- Cada vez que un país / organización declara su preocupación por el deterioro de la situación en Egipto, sus autoridades atacan con virulencia la declaración como una injerencia en los asuntos internos del país. Pero son estas mismas autoridades las que exigen que Occidente de su bendición a este hito, a lo que podría denominarse último paso en el retorno a la casilla de salida.
- Otros organismos de observación electoral – tales como el International Republican Institute – no han aceptado supervisar las elecciones, lo que no hace sino hincapié en la poca legitimidad internacional con la que esta elección presidencial cuenta.
- Se han denunciado irregularidades en el proceso de emisión de votos por parte de expatriados egipcios. Con el fin de obtener una participación más alta, se ha permitido esta vez el voto por correo, el voto de inmigrantes, turistas y peregrinos, a los que les bastaba con probar su identidad.
- La Constitución, de cuya redacción estaba a cargo un comité de 50 miembros lejos de ser demográficamente o políticamente representativo, fue aprobada tras un referéndum de resultados búlgaros. Se trata de un texto que sienta las bases de un estado represivo en el que los derechos y libertades no se ven realmente garantizados.
- No se puede decir que en Egipto está teniendo lugar una bulliciosa actividad electoral. El antiguo Ministro de Defensa (y nuevo héroe nacional) Abdel Fattah Al Sisi no ha aparecido aún, alegando motivos de seguridad, en ningún mítin electoral, y ha limitado su campaña a apariciones en televisión y entrevistas. Tampoco se puede decir que Sisi tenga un verdadero programa electoral. En su discurso de nominación en marzo, afirmó que no tendría una campaña electoral en la forma tradicional. A pesar de que el programa electoral aún no ha sido revelado , sus funcionarios de la campaña insisten en que todo el mundo conoce el futuro tal y como el lider lo imagina, es decir, los temas en torno a los que éste gira: lucha contra el terrorismo, poner fin al vacío de seguridad y recuperar el crecimiento económico.
- Sisi, al que todos apuntan como claro ganador de los comicios, se ha comprometido a continuar en su ofensiva contra los Hermanos Musulmanes. Desde la masacre de Rabia Al Adawiya del pasado mes de agosto, cientos de presuntos simpatizantes de los Hermanos han sido asesinados, y más de 16.000 miembros de la Hermandad y otros islamistas han sido detenidos.
- Sólo hay un candidato alternativo, Hamdeen Sabahi, que no es precisamente miembro de la nueva generación y además no parece tener la más mínima oportunidad. Lo que es aún más alarmante: Sabahi ha llamado a Sisi héroe de la “sublevación 2013″ y no tiene reparos en acusar a los Hermanos Musulmanes de ser “políticamente responsables” de los actos terroristas que hoy asolan Egipto.
- Egipto está siendo testigo de una clara situación de deterioro de los derechos humanos, en particular a la vista de la detención indiscriminada de opositores y activistas políticos, muchos de los que cuales ni siquiera pertenecen a la Hermandad Musulmana. Se ha sido silenciando toda muestra de disidencia, no ha dejado de aumentar el acoso al que se ven sometidos académicos, jovenes revolucionarios y estudiantes universitarios que han osado levantar su voz contra el régimen. Para muestra un botón: Amr Hamzawy, uno de los políticos e intelectuales liberales más destacados de Egipto, fue acusado de insultar al poder judicial en un tweet en el que se limitaba a criticar uns sentencia en contra de tres ONGs estadounidenses. Muchas organizaciones de la sociedad civil, como el Centro Egipcio para los Derechos Económicos y Sociales (cuyas oficinas fueron allanadas y cuyos miembros fueron detenidos en diciembre pasado), han sido hostigadas y amenazadas. En este sentido, el pasado mes de noviembre fue aprobada una polémica ley anti-protestas, una regulación que ha llevado a la detención y condena de miles de personas, siendo sonados los casos de los activistas Ala Abdel Fattah y Ahmed Maher. Según el índice de democracia de Freedom House, la situación en Egipto se ha deteriorado o estancado con respecto a todos los indicadores.
- El ambiente también se ha deteriorado enormemente para la prensa. No se trata sólo de que los periodistas sean incapaces de siquiera ponerse en contacto con los responsables de la campaña de Sisi, sino de que por ejemplos como el de el periodista Abdullah Elshamy, al borde de la muerte como consecuencia de una huelga de hambre de 100 días por haber sido encarcelado injustamente acusado de pertenecer a un grupo terrorista y difundir noticias falsas. Otros tres periodistas de Al – Jazeera, junto con otros 17 acusados, están siendo juzgados por difamación y apoyo a los Hermanos Musulmanes de Morsi y se enfrentan a cargos que han provocado la indignación internacional. Se trata también de periodistas extranjeros inocentes, golpeadas con saña en manifestaciones, acusados de difundir mentiras en sus países acerca de la objetividad del proceso de transición. Justo después de que la constitución fuera suspendida el pasado 03 de julio, las fuerzas de seguridad ya cortaron la señal de todos los medios de comunicación considerados islamistas y allanaron sus oficinas en una ofensiva que llevó a la posterior detención de los primeros periodistas.
- Egipto se erige hoy en día en un ejemplo de lo que podría llamarse “justicia selectiva“. El mundo entero se acongojó cuando el pasado marzo tanto el líder de los Hermanos Musulmanes, Mohammed Badie, como 622 de sus seguidores fueron condenados a muerte por el tribunal penal de Minya, que confirmó la sentencia de muerte para 37 de los mismos. El resto fue encarcelado de por vida en un juicio que ha tenido secuelas y que en esta ocasión sólo duró unos pocos días y se desarrolló en dos sesiones sin siquiera escuchar los argumentos de la defensa. El propio fiscal declaró hace unos pocos días que el proceso no había tenido sentido alguno. El Gobierno de Egipto afirma que su poder judicial es independiente, y lo peor del caso es que esa parece ser la verdad: los jueces egipcios no hacen sino representan a una (vocal) mayoría de la población, a la que se ha lavado el cerebro a base de declaraciones oficiales, propósitos demagogicos y televisión pública.
- La economía de Egipto no está en mejor forma de lo que estaba hace un año. Las subvenciones a los combustibles y alimentos ya no son sostenibles, algo que se ha convertido en la norma en muchos países de la región. El turismo y la inversión extranjera siguen siendo inexistentes. El déficit sigue siendo peligrosamente alto. También lo es la tasa de desempleo, que amenaza con llevar de nuevo a los egipcios a tomar la calle. En el ínterin, mientras se predica a diestro y a siniestro la necesidad de que los egipcios se sacrifiquen bajo el emblema de la austeridad, el salario del Presidente ha aumentado en un 950%.
- Basta con echar un vistazo a los más fieles aliados de Egipto hoy en día: Arabia Saudita y los Emiratos Arabes Unidos. No precisamente ejemplos de democracias de larga data. Ah, y Estados Unidos, que a pesar de mostrarse preocupados por la situación, anunciaron la reanudación parcial de la ayuda militar al país árabe (suspendida tras los acontecimientos de 3 julio), transmitiendo así un mensaje más que discutible acerca de su compromiso con la democracia y los valores básicos.
- No nos dejemos engañar por retóricas vacias: lo que consiguió destronar a Mohammed Morsi el año pasado no fue una revolución sino un golpe de Estado. ¿Y qué país en su sano juicio querría otorgar legitimidad a un golpe de estado?
- Todavía hay esperanza para Egipto.
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